Hoy es muy especial para nosotras, hoy os presentamos «Nouveau Monde«, el último editorial que hemos producido junto con un equipo excepcional, para celebrar la reactivación del sector nupcial y la tan esperada vuelta de las bodas.
Porque si señores, esto vuelve y hay que celebrarlo.
Y ya han pasado 12 semanas desde que Inés llegó para transformarlo todo. Echo la vista atrás y es difícil recordar cómo era nuestra vida sin ella. Hoy quiero compartir con todos vosotros una sesión muy especial para mi, hoy os presento a mi familia.
Después de la sesión de embarazo, tenía muchas ganas de hacer un reportaje cuando llegara Inés. Algo donde estuviéramos cómodos y muy tranquilos para conseguir que las fotos fueran lo más naturales posible.
La Navidad es sinónimo de familia, de volver a casa, de juntarnos, de vernos, de abrazarnos, de regalos (muchos regalos), de ilusión, de niños, de reencuentros, de cocina… Estas fechas son de muchas cosas, de todas aquellas que te apetezcan hacer, de reír, de llorar, de disfrutar con las luces de Navidad o de disfrutar de cada escaparate adornado con tanto cariño.
Son fechas muy señaladas en las que también añoramos a los que no están pero damos la bienvenida a quien se une, de eso va también la Navidad, de compartir nuestro tiempo, ese que se hace tan breve y necesario el resto del año.
A veces los maravillosos azares de la vida te unen a personas increíbles con historias extraordinarias, como esta pre-boda en París.
La primera vez que vi a Mery, subía justo delante de mí las escaleras de un parking urbano en la zona de Quevedo. María (Mery para los amigos) me llamó la atención. Es de esas personas que no pasan desapercibidas porque tiene un encanto natural que te atrapan. Desde aquel parking, pensé “Que chica tan mona, ¿a dónde irá?”, jugando a eso que hago a veces de fantasear con las vidas de los desconocidos que me voy encontrando.
