En el post de hoy os quiero mostrar la segunda parte de mi boda, con toda la decoración y los detalles que preparamos durante el banquete. Me hace muchísima ilusión compartirlo con todos vosotros y no puedo empezar de otra forma que no sea dándoos las gracias. Gracias por las palabras tan bonitas y tanto cariño que hemos recibido con la publicación de la primera parte. ¡Gracias de corazón!

Una vez acabada la ceremonia, las firmas del acta y las felicitaciones y abrazos de todos, nos dirigimos de nuevo a la finca Prados Riveros en un precioso y recién restaurado Volkswagen Beetle en color azul marino y tapicería blanca, un coche por el que siempre he tenido cierta debilidad; y ahora sí, comenzaba la celebración de #migranbodalalablu.

Uno de los elementos que particularmente nos encanta a todo el equipo LalaBlu es todo el tema de la papelería de bodas. Y por eso Nuria (que tiene un don especial para el diseño) se puso manos a la obra para crear una papelería 360º para mi boda: misal, tarjetones de seating, meseros, minutas de menú, notas de agradecimiento… y hasta uno de los regalos para los invitados: un cuaderno de receta. Todo ello inspirado en la flor de la hierbabuena y en las clásicas tarjetas de archivo.  Tengo que decir que es la papelería más bonita que jamás haya visto, tanto por el diseño como para todo lo que significaba para nosotros.

Siempre tuvimos claro que el hilo conductor de la boda tenía que ser un claro protagonista en toda la decoración, algo que emocionase, que estuviera muy presente pero sin saturar, pequeñas pinceladas con aires de la huerta y que nos recordaran a nuestra infancia. En definitiva un montaje inspirado en todos esos viejos recuerdos que han marcado nuestras vidas.

Una huerta, el olor del campo y de la hierba recién cortada, el aroma del tomillo, la hierbabuena y la menta, manojos de hortalizas frescas… Y así fuimos dando forma a toda la decoración de la boda.

Delegamos en el equipo de Cortes de Moraga todos los montajes decorativos que habíamos ideado en nuestra cabeza, transformando en realidad el trabajo de tantos y tantos meses para que #migranbodalalablu fuera real más allá de un boceto sobre el papel. 

En la zona de cóctel había diferentes montajes: sillones, mesas y sillas de apoyo para los invitados. También tuvimos un puesto de mojitos y de jamón. Y nuestro Seating Plan que reconozco que nos dejó sin palabras y enamoró a todo el mundo. ¡Era de ensueño!

Los niños de mi boda también tuvieron un lugar especial para divertirse un rato gracias a un tipi precioso que instalamos.

La hortensia es una de las flores preferidas de Nuria, por eso era la gran protagonista de un ramo que le regalé en un momento determinado de la celebración. Nuria ha vivido tan intensamente este proceso como yo y quería agradecerle tanto esfuerzo y trabajo de alguna manera. Elegí las preciosas flores de Arbolande para hacerlo.

Bajo una carpa beduina blanca planteamos un diseño de montaje combinando mesas redondas, cuadradas y alargadas con sillas de bambú. Para la mantelería escogimos unos manteles con servilletas a juego de lino blanco con aire provenzal, que simulaban antiguos paños de cocina acompañadas de una rama de romero para darle el preciso toque de la huerta.

Los montajes de flor fueron creados por Mar de Flores que hicieron un trabajo espectacular, tanto todos los montajes del cóctel, como luego en el banquete, con la decoración de mesas en recipientes de cristal y maravillosos e interminables caminos de flores.

Koral de Fábrica de la Imaginación, amiga desde hace muchísimos años, nos regaló para nuestras sillas un cartel brocado de madera con nuestros nombres elaborados por Happy Letters. Me hizo muchísima ilusión encontrarme con esa sorpresa cuando me senté a la mesa.

Os hablaba al principio de que uno de los regalos de la boda era un libro de recetas, quisimos hacer un pequeño guiño a las recetas de nuestras abuelas, ellas que anotaban paso a paso la creación de los platos que han llenado nuestras vidas y que tantos recuerdos nos evocan, y queríamos de alguna forma, recuperar esa costumbre.

Siguiendo esa linea, también regalamos unos productos artesanales que tienen mucha historia dentro de nuestras familias, que elaboramos y envasamos nosotros mismos (botellitas con licor con etiquetas de Hermanas Bolena y un tarritos de miel). Nos apoyamos en los regalos para que hicieran también la función de marcasitio para todos los invitados.

Accedimos a la carpa mientra sonaba «Voy a pasármelo bien» de Hombres G. ¡Me encantó este momento! Sin duda un preludio de lo que iba a ser ese día… ¡una gran fiesta! ¡como así fue!

Preparé un pequeño discurso porque quería dedicar unas palabras a las personas más importantes de mi vida, a las personas que ya no están, a mi ya marido, a nuestras familias, a nuestros amigos, a LalaBlu, a los compañeros del sector bodas que me acompañaron ese día. Pese a lo sentimental y llorona que soy, conseguí acabar de leer sin entrecortarme por la emoción contenida. Todos ellos se merecían mi amor y cariño en forma de palabras.

Nuestros amigos de la infancia nos dedicaron también unas palabras, recordando nuestra historia de amor. ¡Gracias por hacernos llorar y reír al mismo tiempo! Los abuelos de Borja también nos brindaron unas emotivas palabras que jamás olvidaremos.

Iba cayendo el sol y no podíamos irnos a abrir el baile sin aprovechar una luz tan maravillosa para hacernos estas preciosas fotografías al atardecer.

Una vez acabado el banquete, otra sorpresa nos esperaba… un vídeo divertidísimo con nuestra familia y amigos bailando al son de «Dime que me quieres» de Tequila. GRACIAS A TODOS por querernos como lo hacéis, no me podía haber imaginado mejor ni más especial sorpresa.

Para el primer baile elegimos un track compuesto por dos canciones, «I want you back» de The Jackon Five y «Llegaste tú» de Juan Luis Guerra y Luis Fonsi.

Acabó #migranbodalalablu tras unas cuantas horas de baile, lágrimas y risas. Demasiado fugaces estas veinticuatro horas, pero que gracias a Jairo Crena Photography y BodaMovie reviviré una y otra vez.

Texto escrito por Sara Giménez / Fotografía Jairo Crena