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El bautizo de Manuela, en tiempos de Covid-19

Organizar un bautizo en tiempos de Covid-19

Llevo mucho tiempo queriendo escribir este post, desde que el pasado 20 de Septiembre celebráramos el bautizo de nuestra pequeña Manuela, pero eso de convertirme en madre por partida doble y en tiempos de Covid-19, me ha robado casi todo el tiempo del que disponía. Pido disculpas por la tardanza. Hoy por fin, le quiero poner remedio.

Hace muy poco que Asturias retrocedió a la fase 2 y yo pensé «¡menos mal que pudimos hacer el bautizo!«. Porque tuvimos dudas, muchas dudas, sobre si celebrar el evento o no. Ahora puedo decir que echando la vista atrás ¡cuánto me alegro de habernos decidido a continuar adelante! Fue un día maravilloso y lo pasamos en grande.

La Iglesia y la ceremonia

Al igual que su hermana Victoria, decidimos que su bautizo fuera en la pequeña iglesia del pueblo de mis abuelos maternos, en San Tirso de Candamo, y dónde tiene mi abuela una casina, que con sumo cariño y dedicación reparó mi abuelo, para pasar allí los veranos…

¡Ay Tito! Quién nos iba a decir que El Escardón (es así como se llama la casa) fuera nuestro refugio estival en este año tan atípico. Este verano alargamos nuestra estancia mucho más de las 3 semanas habituales, hasta casi llegar a los 3 meses. Me encantaría poder contárselo a mi abuelo.

Volviendo a la ceremonia, os cuento que la ofició Javier Fernández Conde, el mismo sacerdote que nos casó y bautizó a su hermana. Es un auténtico privilegio contar con una persona como Javier en todos los momentos más importantes de nuestra vida. Gracias.

Quise tener un poquito de decoración floral en la Iglesia, para lo que conté con la ayuda de Arteflor en Pravia, que elaboraron seis centros de flor natural, muy sencillos, en tonos blancos, rosas y verdes. La verdad es que la iglesia estaba preciosísima aquella mañana.

Propusimos a mi prima Isabel, para que fuera su madrina y a Victor, el mejor amigo de mi marido Luis, como padrino. Ambos se trasladaron a Asturias desde Madrid, en un momento aún de gran incertidumbre para todos y acompañados de sus respectivas familias. De verdad, chicos, miles de gracias por el esfuerzo y por aceptar a nuestra hija Manuela como vuestra ahijada.

Quiero desde aquí agradecer en especial a Isabel, su hermana Covadonga y su madre Gloria, porque sé que para ellas fue un día quizá algo difícil de afrontar y una mañana llena de emociones y recuerdos agridulces. De verdad, gracias. Os queremos infinito.

Y ya que estamos aprovecho para deciros que la madrina de Manuela, Isabel, es una crack de la repostería y así lo demuestra día a día desde su cuenta de Instagram, Las Tentaciones de Isa. ¡Alucinad con todo lo que hace!

La pequeña Manuela y su hermana Victoria

En esta ocasión Manuela estrenó un faldón bautismal, ya que el traje de cristianar familiar que utilizamos con su hermana, a Manuela ya no le servía. Así que opté por ir a una tienda infantil, que mi tía abuela Marité me recomendó. Una tienda de las de toda la vida en Grado, Mercería La Fuente. Allí le compré un precioso faldón, bien largo, como a mí me gustan, y en tonos crudos. Tengo que decir que el faldón es una auténtica joya y que espero que ahora mis hijas utilicen en un futuro y se instaure como una tradición familiar renovada.

También compré allí mismo el vestido de Victoria, de la firma Marta y Paula, en tul turquesa y con rematé en puntilla antigua, junto con zapatitos en color crudo de Pisamonas. ¡Era una princesita, mi niña!

La emoción, siempre presente

Como os decía al principio, dudamos mucho de si celebrar o no el bautizo. 2020 no ha sido un año nada parecido a normal, y en lo que respecta a mí y a mi familia, creo que ha sido un annus horribilis, como ninguno otro que yo recuerde. Por muchos diferentes motivos, el día del bautizo de Manuela, la emoción y la alegría mezclada con la tristeza y la nostalgia estaban muy presente en todos nosotros.

Luis, mi marido, sin decirme absolutamente nada, bueno… miento, me lo dijo como cinco segundos antes de subirse al atril, decidió hacer un pequeño discurso al finalizar la ceremonia. Creo que para él era importante tener presentes determinadas cosas que quiso poner de manifiesto a través de la palabra. Nos emocionó a todos. A mí, la primera. Jamás lo olvidaré.

El lugar de celebración, íntimo y familiar

Fue complicado elegir un lugar en el que poder hacer el evento. Un espacio que cumpliera con todos los requisitos que teníamos en mente: privado, seguro, bonito y que se comiera bien.

Las opciones que a priori habíamos considerado, o no nos ofrecían privacidad, o las que sí, eran fríos salones en sótanos de hoteles. Ya sabemos que en cuestión de comer bien, Asturias nunca es un problema. Pero ante la situación en la que nos encontrábamos, la exclusividad de tener un espacio que fuera sólo para nosotros, evitando el tránsito de personas, era vital para nosotros. Queríamos celebrar el bautizo, sí, pero siempre con la premisa de no suponer un riesgo de contagio para nuestros invitados.

Así que como buena wedding planner me propuse a encontrar el lugar perfecto para nuestra pequeña celebración. Y lo encontré. Encontré un lugar que no conocía y que me enamoró desde el minuto cero. Enclavado dentro del Real Club de Golf de Castiello, en Gijón, está El Roblón de Castiello, un espacio único para eventos y en donde todo fueron facilidades y trato excelente desde que les conocimos.

La gastronomía

Nada más llegar a El Roblón, tuvimos un cóctel fabuloso al aire libre, compuesto por jamón ibérico con su pan con tomate, patatinos rellenos de longaniza de Avilés con crema de padrón y croquetinas cremosas de jamón, aderezado con vinos y champagne.

El menú del bautizo: salpicón de bogavante y langostinos; y un plato principal a elegir entre solomillo de vacuno mayor con foie y oporto o pixín al horno sobre guiso de verduras de temporada; el postre una exquisita milhoja de crema con salsa de fresas. La bodega, importantísima para mi marido, La Montesa y Mocén. Todo el mundo quedó encantado. Estaba todo excelente.

Los detalles

Debido a la normativa de Septiembre en Asturias, debíamos estar sentados en dos mesas separadas, así que para facilitarles a mis invitados todo, creé con Canva unos marcasitios para que así supieran dónde iban a sentarse.

Noelia, responsable de eventos de El Roblón, me ayudó a colocarlos junto con los detalles que preparé: unos recordatorios-agradecimientos en formato de fotomatón (para las que usé las fotos de la sesión newborn de Sarah Roca), una velita con aroma de peonías, ambos de Cotton Bird y unas mascarillas personalizadas con el nombre de cada uno en cuadros vichy verdes de Teresa Estrem (es una pena que no tenga foto, pero son monísimas y yo la uso siempre ahora).

Un cóctel para abrir boca

Como os decía antes, nos encantó tener un rato distendido al aire libre nada más llegar a El Roblón de Castiello y así tener tiempo para charlar en familia y hacer algunas fotos para el recuerdo. Creo que este ratito fue una de las mejores cosas del día.

La fotografía

Si algo me ha enseñado el mundo de los eventos es que NUNCA hay que escatimar en fotografías profesionales. Ya cometí el error de no contar con la fotografía que mi boda merecía (también es cierto que por aquel entonces la oferta de fotógrafos buenos en Asturias era como la búsqueda del santo grial), por eso los bautizos de mis dos hijas siempre he tenido claro que había que dedicar una parte del presupuesto a tener un fotógrafo con nosotros ese día.

Tras barajar varias opciones el estilo fotográfico y los colores de Cristina Cañibano nos hicieron decantarnos por ella. ¡Y menudo acierto! Estamos EN-CAN-TA-DOS con el resultado.

Nosotros, los papis

Para el bautizo de Manuela, al igual que para el bautizo de Victoria, volví a confiar en un diseño de Purificación García compuesto por un dos piezas de falda plisada y suéter, en tonos blanco, maquillaje y mostaza. Llevé unos preciosos pendientes de Olvido Madrid en forma de flor dorada y pistilos en porcelana blanca.

Quería darle mucho protagonismo a los complementos, así que le pedí a mi amiga Salomé, de Salo Madrid, que me hiciera los zapatos. Y Salo me hizo los zapatos más preciosos que podáis imaginar… en tono nazareno de ante y con el clásico lazo zapatero de Salo. Además son cuatro zapatos en uno, ya que Salo (además de hacérmelos en tiempo récord, palabra de honor) me envío dos broches con clip para así poder transformarlos. Puedo llevarlos sin broche, con el lazo zapatero en la parte delantera, lazo zapatero en la parte trasera y broche de pedrería…. ¡una auténtica pasada! Mil gracias amiga.

Utilicé la misma cartera que mis amigos de Franjul me confeccionaron para #migranbodalalablu en tonos mostaza y ribete en dorado. ¡Me encanta comprobar cómo las piezas más especiales salen de vez en cuando del armario!

El bautizo terminó al atardecer, en donde tomamos un gintonics, ¡cómo no! en la maravillosa pecera acristalada que tiene El Roblón.

Fue un día intenso, pero muy bonito, donde una familia se reunió para celebrar la vida y llegada de un nuevo miembro, Manuela. Gracias a todos por hacerlo posible.

Texto escrito por Nuria Fernández / Fotografías: Cristina Cañibano

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