Me hace especial ilusión compartir con todos vosotros el post de hoy, el bautizo de mi pequeña Victoria. Fue el pasado domingo 23 de Octubre, en mi tierra Asturias. Todo se desarrolló entre San Tirso de Candamo, el pueblo de mi familia materna y donde pasamos todos los veranos, y Salinas, en Castrillón, concejo en el que he vivido toda mi vida hasta que me trasladé a Madrid en 2007 (¡cómo pasa el tiempo!).
Tenía claro que quería bautizarla en Asturias, y más aún desde que mi abuelo, una persona fundamental en mi vida, nos dejase justo en mes antes de dar a luz. Sentía que, de alguna manera, estábamos todos juntos de nuevo… Cuánto le hubiera gustado estar… qué orgulloso se habría sentido de que San Tirso, ¡su pueblín del alma!, fuera uno de los protagonistas de un día tan especial. La última vez que estuvimos juntos, yo le conté esa idea que embarazada ya tenía «si arreglan la Iglesia para entonces, iremos a bautizarla a San Tirso», le dije, y él muy complacido me respondió «eso me parece muy bien«. Cumplimos la promesa, ya sin él, pero la cumplimos.
Otra cosa de las que tenía claras, es que iba a ser un día de muchas emociones y tal vez un poco de nervios, justamente por lo que he contado anteriormente. No quería tener que preocuparme de hacer fotos, ni de que a alguien de la familia le tocase el dichoso sanbenito. Estaba claro que necesitaba a un buen fotógrafo. Elegimos a Tatiana Castañón de Dí Patata Fotografía. Una de las cosas que más me gustó de ella, es que sabía manejarse con los peques, ya que realiza muchas sesiones infantiles y ¡vaya si nos ayudó! Tatiana nos echó una mano hasta a la hora de vestirla… ¡muchas gracias! ese tipo de cosas son las que no se olvidan….
Aunque a finales de Octubre y en Asturias el tiempo podía ser más que impredecible, tuvimos un día de cine, con un sol precioso que nos acompañó durante todo el día.
Sólo 15 invitados, la familia más cercana y el pueblo de San Tirso de Candamo fueron los testigos de este día tan importante para nosotros. D. Javier F. Conde fue el sacerdote que ofició la ceremonia, nos hacía especial ilusión que fuera la misma persona que nos casó, incluso utilizamos el mismo cirio de nuestra boda para la ceremonia bautismal de Victoria. Mi tía abuela María Esther dejó la Iglesia preciosísima, como es habitual en ella, con las flores que elegimos cuidadosamente: paniculata, lisianthus blanco y claveles en rosa empolvado de Flores Vallina en Piedras Blancas.
Victoria llevaba el traje bautismal de la familia de mi marido, muy antiguo y de un valor artesanal y sentimental incalculable. Con este traje se han bautizado, al menos que nos conste, su bisabuelo Luis, su abuela Marisa, su tío Joaquín y su papá Luis.
Para la celebración posterior, le encargué a Pilar de La Cómoda de Pilar, la confección de un jerseicito, patucos y capotita, en puntillas, encajes y angorina blanco… son esas cosas especiales que te puedes permitir para un día como el de su bautizo. La verdad que quedamos muy contentos con el trabajo de Pilar. Guardaremos sus prendas como oro en paño porque sabemos la cantidad de horas y cariño que invirtió confeccionándolas. La chaquetita de Pilar la llevó con el faldón de mi familia materna, hecho a mano por mi abuela y su hermana, cuando eran muy jóvenes y con el que se han bautizado todos sus sobrinos e hijos. Le enganchamos en la parte del pecho el crucifijo de oro que siempre llevó puesto mi abuelo durante toda su vida y que ahora llevo yo.
Para la comida de celebración teníamos varias opciones y fue muy complicado llegar a la elección final. Fue Carmen de The Happy Day la que me hizo decantarme por el Real Balneario de Salinas y he de decir que acertamos de lleno. Comida ex-qui-si-ta y trato ma-ra-vi-llo-so, y claro! luego están esas impresionantes vistas al mar, a la playa de mi juventud en la que tantas horas he pasado, ese componente emocional, casi sensorial, que hace que mi corazón se disparé y ¡voilá! Si aún se puede sumar algo más es su plato estrella: la lubina al champagne y un postre de infarto, las torrijas con helado de vainilla… mmmmm!
Una baja de maternidad da para mucho y después de pasar los primeros meses haciéndome con Victoria y mi nueva rutina, hizo que también comenzará a maquinar y a entretenerme pensando en los pequeños detalles de la celebración.
Ma Petite Patisserie en Oviedo elaboró las preciosas galletas en forma de nube que dimos a cada uno de los invitados.
Además preparamos unos mini-álbumes con la sesión de fotos new-born que Luisa Morón Fotografía había hecho a nuestra pequeña y que podéis ver aquí. Estos álbumes los envolví en un packaging muy bonito, con papel de regalo a topitos negros sobre fondo blanco de Delipapel y pegatinas «Gracias por estar aquí» de Hermanas Bolena. Las fotos las podéis ver aquí, en nuestra cuenta de instagram.
Yo misma diseñé las invitaciones y recordatorios de su bautizo (nada de lo que veía me convencía) y éste fue el resultado.
Lo que no fue nada sencillo fue escoger la ropa que llevé al bautizo. ¡Dí más vueltas que el baúl de la Piquer! y es que con casi 12 kilos de más (en un cuerpo que de por si jamás fue delgado), dime tú dónde te metes… Mi problema no fue el embarazo, que me lo pasé devolviendo prácticamente hasta que di a luz… mi problema fue en el momento en el que las náuseas desaparecieron ¡todo me sabía taaaan rico, que lo que no había engordado embarazada, lo engordé después! En el post-parto me alimenté a base de montaditos de jamón ibérico y bollitos preñaos calentados al microondas… (aún hoy en plena dieta, se me hace la boca agua…).
Menos mal que mi madre salvadora apareció como un ángel celestial por el probador con el vestido de Purificación García que veis, y que milagrosamente me quedaba como anillo al dedo. Completé el look con una preciosa diadema de Cherubina, unos stilettos en ante en tonos granates de Zara y una cartera también en granate de Olivia y Cloe con mis iniciales, NFS, bordadas en hilo dorado (podéis verla aquí en nuestra cuenta de Instagram). Me peinaron mis amigas de Mayte Moreno y llevé los mismos pendientes de mi boda, que me pongo muchísimo y me encantan.
Marido LalaBlu llevó un traje de confección a medida de Hackket London ¡estaba guapísimo! (esto es amor de esposa, aunque creo estaba guapísimo de verdad de la buena). La camisa blanca con la que se casó conmigo (jejeje) y unos gemelos de mi abuelo, los mismos que él llevó el día de nuestra boda.
Un hijo da una felicidad y satisfacción increíble, compartir un día así con los que más quieres es inolvidable. Por muchos motivos, éste fue un día inolvidable, incomparable y maravilloso.
Gracias a nuestras familias por acompañarnos, a Asturias por darnos uno de los soles de octubre más bonitos que he visto y a todos los que nos ayudaron a convertir este 23 de Octubre de 2016 en un día para no olvidar nunca.
Pd. Cada vez que veo la foto anterior no puedo evitar soltar una carcajada al ver la cara y expresión de mi hija, jajajaja.
1 comentario en «El Bautizo de Victoria»
Es un día especial, mucho, su primer acontecimiento importante, y es un gusto ver con que cariño y devoción lo habéis hecho,,, gracias por dejarme participar con un pedazito de La cómoda de Pilar
un beso
Pilar