Texto: Nuria Fernández
Es posiblemente uno de los referentes internacionales más importantes en decoración de bodas e interiorismo para eventos. Preston Bailey ha adquirido fama mundial, no sólo por la incuestionable calidad visual de sus trabajos, sino por su constante e incansable lucha hasta convertirse hoy en uno de los grandes. Y no ha sido un camino fácil, al menos, no ha sido corto, ya que a sus espaldas 30 años de carrera así lo certifican.
Muchos le consideran el gurú de los eventos, esa especie de adivino con dotes de mago capaz de leer, interpretar y traducir el pensamiento de sus clientes, formados esencialmente por celebrities, ricos y famosos estadounidenses. Afincado en Nueva York desde sus comienzos ahora su negocio se encuentra en pleno proceso de expansión hacia Indonesia y Oriente Medio. Ha sabido construir una sólida empresa que da servicio a bodas y eventos de hasta 5.000 asistentes. Pero todo forma parte de un proceso, un proceso como comentábamos, de más de 30 años. Preston Bailey no siempre lo tuvo fácil y llegó incluso a plantearse dejarlo todo y dedicarse a algo «menos artístico».
Nació en Panamá y no llegó a terminar los estudios secundarios. Pronto se trasladó a Nueva York y comenzó a trabajar como modelo de catálogos. Pero fue su amigo, el interiorista Vicente Wolf, quien le ayudó a descubrir su verdadero talento, éste le pidió ayuda para realizar unos arreglos florales para una fiesta y prácticamente de forma autodidacta comenzó a cortar tallos y a formar figuras con las flores. Fue entonces cuando él mismo se percató de sus capacidades.
Varios nombres claves figuran en su biografía, uno es el de la crítica de moda Joan Rovers, quien le introdujo en ambientes más exclusivos y le presentó a Oprah Winfrey. Sin duda su carrera comenzaba a ser imparable: talento y contactos, en una ciudad como Nueva York. Donald Trump también se convirtió en uno de sus primeros clientes.
Pero Preston Bailey a la vez que conocía las mieles del negocio, también tuvo que lidiar con las hieles. El «robo de ideas» fue la principal de ellas. Competidores haciéndose pasar por novios, o parejas encantadoras a las que les exponía demasiadas opciones y luego terminaban marchándose con otro diseñador, menos talentoso pero sí más barato. Preston Bailey tuvo que comenzar a pensar en su innatas capacidades artísticas como en un negocio y ello no fue sencillo. Sus ideas tenían precio y debían de tener un precio acorde a la calidad de sus servicios. Reconoce que sus primeros 10 años en el sector fueron realmente difíciles y que sus horas de trabajo no estaban del todo bien remuneradas. Desde entonces uno de sus lemas es «Mis ideas tienen precio».
Sus trabajos se caracterizan por ser elegantes, glamurosos, opulentos, en algunos casos, rozando el efecto dramático tan suyo y muy exuberantes. Preston Bailey se caracteriza por la utilización de flores románticas, predominando las rosas o las orquídeas. Suele tener tendencia a la utilización de paletas monocromáticas, intensas o vibrantes, pero no combina colores opuestos ni trata de mezclar tonos.
Su precio y su trabajo no son para todos los públicos. Preston Bailey mima los detalles de cada evento a través de meses de planificación previa. No acepta proyectos si no cuentan con un mínimo de 6 meses de antelación y sus honorarios para organizar íntegramente un evento rondan los 200.000 dólares. Cuenta con un equipo de más de 20 personas. Confiesa que en sus 30 años de carrera, solamente han rescindido sus servicios en tres ocasiones, y que por su parte en tan sólo una ocasión abandonó el proyecto por diferencias irreconciliables con sus clientes. Sin embargo, no cobra ninguna cantidad por información y reunión de presentación, eso sí, cuando las ideas afloran de su cabeza debe existir un contrato firmado.
Su visión de las bodas y los eventos ha ido evolucionando a lo largo de los años aunque reconoce que Martha Stewart supuso un antes y un después en la concepción de las bodas norteamericanas y que dio el impulso que le faltaba a diseñadores como él. Tres elementos básicos son, los que en su opinión, no deben de faltar en ninguna boda: las flores, la buena música y el efecto sorpresa.
Actualmente está asociado con The Wedding Planning Institute y ofrece formación y cursos especializados en decoración de eventos. Ha publicado varios libros como «Flowers», «Celebrations», «Design for entertaining» o «Spectacular celebrations». Además ha participado y presentado programas de televisión en Estados Unidos. Ahora, muy ilusionado con la acogida de su curso, siente especial curiosidad por realizar sets de películas y ambientación escenográfica. Y no le faltan retos a su carrera, ya que ha realizado proyectos permanentes en importantes cadenas hoteleras e incluso decorado una ceremonia celebrada en un avión rumbo al Caribe. Sin duda, no hay nada que se interponga entre el sueño de una pareja y Preston Bailey.
¡Feliz Martes!
3 comentarios en «Preston Bailey, el gurú de las bodas»
Vaya pedazo de bodas!! Bueno, alguna idea sacaremos para la nuestra 🙂
Un abrazo chicas! Carmen
POR FAVOR SI ME PUEDEN ENVIAR EL TELEFONO DEL INSTITUTO Y LA CIUDAD, ESTOY INTERESADA EN ESTUDIAR CON UDS,
UN FUERTE ABRAZO Y MIL FELICITACIONES, TIENE MANOS MARAVILLOSAS,
GRACIAS
sully499@outlook.com
Hola, en la web de Preston Bailey tienes toda la información. Un saludo!