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Carta de la Directora 2017

Desde muy pequeña me ha gustado leer las «Cartas del/a Director/a» de las publicaciones de moda y decoración. Ya sabéis a lo que me refiero, esa joya manuscrita que trata de ponerte en situación sobre lo que vas a devorar a continuación en la revista. Suelen venir en la primera página, junto al índice, y suelen traer una foto al lado de quien las firma. Pues eso, que a mi siempre me han gustado. Como siempre también me han gustado las preguntas pero sobre todo las respuestas y esa «Carta del/a Director/a» me anticipaba un montón de respuestas a las preguntas que yo misma me iba a ir haciendo en cada página que pasara.

Hoy quiero hacer algo similar, permitídmelo, pero en lugar de poneros en situación sobre lo que va a suceder en 2018, me gustaría repasar lo que ha significado para LalaBlu el 2017 que, en nada y menos, vamos a despedir.

Si 2016 fue un año ciertamente convulso y de grandes cambios, 2017 me sugiere que ha sido todo lo contrario. 2017 ha traído cierta madurez, calma y sosiego a LalaBlu. Esa que con los años vas adquiriendo y que no está reñida con la falta de ímpetu o ilusión, si no que tiene más que ver con la necesidad de ver las cosas con mayor distancia y la sabiduría del que toma las decisiones tras largos períodos de maceración.

Nuestro proyecto de Desayunos Abiertos LalaBlu por fin vio la luz y con él nos inundó esa sensación de devolver un poco de luz y esperanza a la gente que empieza, que arranca de la nada, a la que no se atreve o a la que simplemente quiere (queremos) mejorar. No somos docentes, ni pretendimos nunca serlo. No es formación, ni cursos de WP, ni tan siquiera damos apuntes (aún me río cuando una persona me pidió el temario del primer desayuno). Desayunos Abiertos LalaBlu trata de ser una especie de oasis en donde conocernos y encontrarnos, en donde nadie es experto de nada pero todos compartimos nuestras experiencias; en donde nadie da lecciones de nada, pero siempre nos quedamos con algunos consejos; en donde, en definitiva,  simplemente se comparte y se escucha, nada más. Estamos contentas con el formato, con el espacio, con la respuesta y sobre todo con la creación espontánea de sensación de comunidad.

2017 ha sido un año de reafirmarnos en lo que somos y en quiénes somos. Nuestro lugar está plenamente demostrado y es plenamente legítimo tras 5 años de trabajo a nuestras espaldas. Hemos tenido tiempo para todo, para las bodas malas, regulares y excelentes. Mis ya conocidos días de sol, nubes y enormes tormentas con rayos y truenos. Para los novios encantadores y con los que hemos forjado amistades para siempre. Editoriales maravillosas que volaban solas consiguiendo éxitos inimaginables. Reconocimiento, halagos y sensación de tocar el cielo, mezclados con días de sentirte totalmente abatida y querer dejarlo todo. Han sido 5 años de decisiones, de inversiones (en tiempo y dinero) y de mucho esfuerzo, compaginando trabajos por cuenta ajena, proyectos en paralelo y sobre todo una vida personal a la que no queremos ni debemos renunciar nunca. Pasando por quirófano en el peor de los casos, pero siempre volviendo a levantarnos tras todas y cada una de las caídas y los traspieses. Siento este 2017 como esa cima que se alcanza sólo cuando sé es capaz de bajar la mirada y ver todo lo que hay debajo de tus pies.

Ha sido 2017, el año en el que hemos realizado nuestro proyecto más personal y donde le hemos puesto todo nuestro corazón, la boda de Sara y Borja, la guinda al pastel de una temporada realmente exquisita. Una boda que se llenó de colaboradores y amigos, a los que tanto Sara y Borja como yo no nos cansaremos de darles las eternas gracias. Mirar a tu alrededor y no sólo ver a profesionales trabajando si no también a grandes amigos es un privilegio que sólo las Wedding Planners como Sara, cuando se convierten en novias, pueden experimentar. Algo envidiable y absolutamente especial.

Durante 2017 hemos vuelto a recorrer España de norte a sur, a través de las localizaciones que con tanta maestría eligieron para su boda nuestros #novioslalablu. Pero si tuviera que elegir me quedo con dos muy especiales: Asturias y Ciudad Real. Volver a casa, en este caso a Oviedo, siempre es agradable, y más como en esta ocasión en la que tuve la fortuna de coincidir con amigos muy queridos para mi. La Iglesia de Villahermosa, en Ciudad Real, elegida para nuestra boda en Ruidera, nos descubrió que España está plagado de auténticas maravillas y joyas arquitectónicas en las que te sientes abrumado ante tanta belleza histórica. Gracias por tan buenos mimbres, queridos #novioslalablu de este año.

En 2017 hemos conocido a nuevos talentos que con los ojos muy brillantes se embarcan en este mundo de las bodas. Sentimos mucha nostalgia y gran emoción cuando nos escriben contándonos su recién estrenado nuevo proyecto. Gracias a todos los que durante este 2017 nos habéis hecho llegar vuestros dosieres y productos. Es todo un honor que nos consideréis a la hora de testar o valorar vuestro trabajo. Nos sentimos gratamente sorprendidas cuando lo hacéis y profundamente agradecidas cuando nos lo expresáis.

También durante 2017 hemos tenido la enorme suerte de colaborar con grandes firmas, marcas y empresas. Gracias por confiarnos algunas de  vuestras campañas y acciones, y contar con nosotras en vuestras presentaciones y eventos. Es un verdadero lujo vivir el mundo de las bodas también desde esta otra vertiente, a la que durante mucho tiempo prestamos poca atención debido nuestra incredulidad e inocencia digital.

Decía al principio que nos sentimos más maduras y más resueltas, sobre todo y especialmente ante la adversidad. Esto no siempre ha sido fácil ni nos ha venido todo de cara. Ni mucho menos. Los que ahora me estáis leyendo, si sois compañeros, tal vez os sintáis identificados o no, pero a veces tenemos la sensación de estar en un sector diminuto, engreído y descorazonadamente hipócrita. En ocasiones esta ínfima parcela se convierte en un ecosistema hostil, dato curioso teniendo en cuenta que su principal motor y leiv motiv es el amor. He aquí la gran paradoja que personalmente sigue pareciéndome asombrosa. En este contexto es difícil abstraerse y que algunos mordiscos y picotazos no te afecten, pero nos sentimos más tranquilas con el hecho de por fin comprender que a veces, la única respuesta es porque si, que no hay que buscarle explicación a lo que no lo tiene, ni dedicarle un sólo segundo de tu vida a la gente que no se lo merece.

Pero 2017 ha sido demasiado especial, bueno y luminoso como para terminarlo con ese bofetón de retórica oscuridad. Por eso quiero terminarlo como siempre hemos hecho, dándoos las gracias y enviándoos un buen chute de energía para 2018.

Desde la más absoluta certeza de saber que un año grandioso termina pero otro genial va a comenzar, te deseo un 2018 lleno sólo de todas esas cosas buenas para ti, que al fin y al cabo, eso es lo que realmente importa.

¡Feliz 2018!

Nuria Fernández.

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