«El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso, ni jactancioso, ni orgulloso. No se comporta con dureza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.»
He escrito miles de líneas que luego he borrado, he pensado en qué escribir, en cómo puedo llegar a transmitir cómo me siento…pero la verdad es que solo deseo que pasen 365 días para poder decir «sí, quiero».
Soy una persona que se emociona con poco, bueno mejor dicho con bastante poco, en esto soy igualita a mi madre y sin duda, es algo que me identifica. Nunca me podía haber imaginado las reacciones de nuestras familias, de mis amigas y amigos al decirles que nos íbamos a casar…gracias a todos ellos por su emoción, por sus lágrimas de alegría y por sus gritos de felicidad.
Fue en nuestro viaje a New York, para mí era un sueño, y sin duda se ha convertido en lo más bonito que he hecho en toda mi vida. Nuestro primer día, una gélida noche de febrero en el Mirador Hamilton de New Jersey, y la primera imagen que ví fue Manhattan, iluminada, ahí estaba, sola para nosotros….no puedo describir mis sensaciones, fue un momento que llevaré siempre en la memoria. Y allí, solos, dije si.
Desde ese momento solo siento felicidad, una felicidad que va incrementando cada vez que pienso algo de la boda, cuando hablo con un proveedor, cuando alguien me pregunta, y cuando pienso en ese 23 de septiembre de 2017.
El anillo de compromiso que me ha regalado Borja es un solitario de oro blanco con un diamante, lo ha creado una diseñadora de Tiffany & Co a la que ahora considero mi tía de América, gracias Alina por poner tantísimo cariño, y gracias también a todo el comité de expertos que junto a Borja, ha confeccionado el diseño (Nuria, que sabía todo y guardó el secreto, y el marido de mi prima, Mario, gracias de nuevo mil veces).
El destino y mi cabezoneria, hizo trasladar a mi familia a 34 kilómetros de Madrid, porque yo quería vivir con mis primas, una, 4 años mayor que yo y otra, de mi edad; disfrutar con ellas, vivir con una libertad que a los 12 años no se tiene en pleno centro de Madrid, y al final me hicieron caso. Gracias a todo ello, el verano del 99, yo con mi biquini verde y lunares amarillos, él con su bañador rojo, nos vimos por primera vez, él fue mi primer amor. Fríos inviernos sin cruzar miradas, y eso que vivíamos a escasos 50 metros, pero cuando llegaba el 15 de junio, allí estaba otra vez….Tras muchos años juntos, llegó un invierno en el que nos perdimos la pista, pero al cabo de 4 años; yo que creo mucho en el destino, éste, nos volvió a unir. Bastó una simple pelota de futbol sala y 40 minutos, por esto, hoy estamos aquí.
Nunca he creído en el amor perfecto, pero si en el amor sincero y verdadero. Creo que nuestro amor es así. Somos como somos, él con su genio y yo con mis despistes, él cabezota y yo paciente, él con su orden y yo tan pesada, él….pero es él. Me proporciona todo lo que me falta, me conoce, sabe como pienso y como actúo, por eso es él, la persona con la que quiero compartir el resto de mi vida. Juntos hemos tomado decisiones, algunas acertadas y otras que nos acompañarán toda la vida, hemos pasado por nuestras cosas buenas y malas, hasta hemos borrado días del calendario…pero siempre, lo hemos hecho juntos. Gracias por cruzarte en mi vida, por enseñarme tantas cosas y por quererme siempre sobre todas las cosas, sé que soy tu desastre favorito.
Ahora, juntos, nos toca disfrutar de este camino, de todo este proceso y de todo lo que conlleva. Queremos exprimir cada momento, cada instante que queda hasta llegar a ese 23 de septiembre de 2017, y aquí viene el destino de nuevo…cuando hicimos las visitas para elegir el espacio donde celebraremos la boda solo había 3 fechas libres y una de ellas es el 23 de septiembre, cumpleaños de una de mis mejores amigas, ¿será el destino o no?, sea así o no, sé que me va a traer mucha suerte.
No podía elegir mejor día para gritarlo a los cuatro vientos!!!!! Quiero dar las gracias a Jairo Crena y a su mujer, Cristina, por dejarse guiar siempre, aceptar cualquier propuesta, por decir sí a todo y por dejarme ilustrar este post tan especial para mí.
Y ahora, abuelas, padres, hermanos, tíos, primos, ahijados, amigas, consejo…solo nos quedan 365 días para ir de boda. Se os quiere!
Y a ti, solo te pido, que te quedes a mi lado.
Gracias por ser el gigante al que amo.
Sara.
3 comentarios en «Y ahora…me toca a mi»
Enhorabuena!! Me han emocionado un montón tus palabras!! A disfrutar cada detalle que tú de esto sabes mucho y sabes que en nada estás de blanco en el altar … Pasa tan rápido!! Besos!!
Gracias Raquel! Un beso grande
Que bonito Sara! x fin lo he visto y leido, increible post!!!
Madre mia, yo tb tengo ya muchas ganas de que llegue el dia de vuestra boda… anotado queda para no perderme detalle x las redes de vuestro 23 de septiembre 2017.
Un abrazo enorme!!
Carmen