Al ser Wedding Planner almacenamos en nuestra memoria muchos nombres, empresas y caras…el estar al día en tendencias, de saber sobre todo (porque si señores, tenemos que saber de todo para poder desempeñar cualquier tipo de tarea o función). Todo ello, cuando te conviertes en novia, se transforma en una sobreinformacion, que a veces, puede llegar a ser peligrosa.

Para la elección de los proveedores de mi boda, quería lo primero, que a Borja le gustara,  porque yo muchas cosas ya las conozco, pero él no, y quería que su decisión estuviera tan presente como mis gustos y deseos. Con este factor, en quien depositamos toda nuestra confianza fue Hermanas Bolena y no podíamos haber elegido mejor.

En cuanto a las invitaciones, queríamos algo fresco, y desenfadado. Me gustaba la idea de utilizar fotos, era algo que tenía muchas ganas de hacer, y que además, me encanta. Soy una amante de las fotografías, de sentarme horas y horas a revisar álbumes, ponerme a recordar todas las anécdotas que les acompañan, de transportarme años atrás y ver cómo pasa el tiempo a una velocidad de vértigo. Volviendo a las invitaciones, elegimos un tarjetón a doble cara combinando blanco, negro y rosa boleno (ese color que ya esta instaurado con esa definición en nuestra paleta cromática).

En un sobre kraft de tamaño mediano y con lengüeta trasera, estampamos el sello personalizado que también hizo Hermanas Bolena. Para darle un toque floral, pusimos cuerda rústica alrededor del sobre con un ramillete de flor (paniculata y flor del almendro).

El tarjetón, en su parte delantera, cobran protagonismo el rosa boleno y una tira de fotos de fotomatón, que junto a la frase «Tenemos algo que contarte…» con diferentes tipografías completa esta cara. En la parte trasera, también jugando con tipografías, se pueden ver todos los datos importantes de la boda (fecha, horarios y lugares de celebración).

Junto con las invitaciones, entregamos a todos los invitados un dossier que elaboré con información importante para la gente que se desplaza para nuestra boda, con servicios como peluquerías, transporte, maquiladoras y alojamientos. Pequeño detalle que los invitados agradecieron inmensamente.

Con caligrafía de Happy Letters, y fotografías de mi querido Jairo Crena este es el resultado.

Gracias Ana por tu paciencia, por ser tú siempre, y por instaurar el bolenismo en nuestras vidas. Ahora si puedo decir, que soy ¡una novia bolena!

Escrito por Sara Giménez