Texto: Nuria Fernández. Fotografías: Molnar Mexi

Supongo que les pasará a todas las Wedding Planners, los primeros novios son como el primer bebé, a todos les quieres igual pero los primeros son especiales. Y Amparo y Nacho no fueron los primeros, sino los primerísimos, porque se pusieron en contacto con nosotros el mismo día que salimos a «la red». Desde aquí y para empezar: ¡GRACIAS! (También ¡Gracias! a Raquel Prieto, que hizo de «madrina» para nosotros)

Amparo y Nacho se casaron en la Basílica de San Miguel en pleno Madrid de los Austrias, para después celebrar su boda en La Moraleja, Alcobendas.

Cuando nos conocimos tenían algo muy claro: querían que su boda hablase de ellos de una forma personal, algo que les hiciera identificarse con el entorno y el espacio. Tras barajar varias alternativas, finalmente nos decantamos por diseñarles un hilo conductor (dentro de nuestra modalidad Deco & Style!) que sin caer en los típicos tópicos, hablase de Amparo y Nacho, haciéndoles sentirse dentro de «un todo» familiar e identificable, que ni ellos mismos ni sus invitados olvidaran fácilmente.

Decidimos inspirarnos en la ciudad de San Franscisco. ¿Por qué San Franscico? Porque fue la ciudad que Nacho eligió para hacer algo muy importante: pedir en matrimonio a (su ya hoy mujer) Amparo.

Como punto de arranque les diseñamos un Seating Plan o panel de protocolo de mesas para que los invitados pudieran conocer su ubicación, mientras duró el cóctel. Cada mesa representaba una zona de la ciudad. Así, teníamos a algunos invitados situados en Alcatraz, Golden Gate o Union Square… La presidencial fue la dedicada a Botanical Garden, el punto exacto en el que Nacho sorprendió a Amparo «anillo de compromiso en mano». Para darle forma a nuestro seating, dispusimos un biombo blanco de mallorquinas en el que colgamos el protocolo de mesas con un diseño que incluía el icono del Golden Gate (símbolo que utilizamos en varios elementos de la boda) y sus iniciales y fecha a modo de «logotipo».

También diseñamos y confeccionamos todos los meseros, distribuidos mesa a mesa. Como detalle especial incluimos una foto personal de los novios en cada uno de ellos, para estar presentes de una manera más cercana entre todos sus invitados.

Amparo diseñó y escribió a mano cada invitación. Pocas personas pueden decir esto, la verdad. No todos tenemos ni la misma paciencia ni la misma «buena letra». Dedicarle tantas horas y tiempo a tu boda demuestra el cariño que le pusieron a ello. Pudimos comprobarlo cuando le pedimos que nos enseñara una de ellas (es una pena que no podamos mostraróslas…), porque además de estar perfectamente manuscritas, eran invitaciones preciosas a las que no faltaba detalle alguno. Pero es que Amparo, no contenta con esto, confeccionó cada una de las tarjetas de agradecimiento (¿veis el Golden Gate?) que luego nosotros colocamos sobre cada plato a modo de detalle de bienvenida. Y ojo, porque cada una contenía un mensaje personal para cada invitado ¡¡¡Menudo detallazo!!!

Una de nuestras señales (que tanto le gustaban a Amparo…), indicaba a los asistentes donde se situaba el cóctel y la cena.

A modo de rincón del recuerdo, habilitamos un espacio para Libro de Firmas y Lámina de Huellas. Para integrarlo todo, le pedimos a nuestra amiga Tamara de El Vals de Amelie, que les diseñase una lámina personalizada para ellos, inspirada en el Golden Gate. Como podéis ver del famosísimo puente de San Francisco salían unos hilos sujetando los «globos-huella» de cada uno de sus invitados.

Por supuesto, para que nadie se despistase ni se perdiera, todo venía acompañado de las instrucciones que diseñamos específicamente para los novios. El libro de firmas, regalo de las amigas de la novia, se llenó de preciosos deseos y cariñosos mensajes al terminar la boda.

Y como no, también les montamos una Candy Bar para sus invitados más golosos. Como veis todo seguía dentro de la misma inspiración, cuidando (o así lo intentamos) todos los detalles: etiquetados, colores y decoración. Las visitas a los boles y recipientes se sucedieron hasta que sonó la última canción de la fiesta, ¡damos fé de ello!

Pero nuestra modalidad Deco & Style no acabó ahí, Amparo y Nacho también tuvieron un Photocall. Para ello, utilizamos el mismo biombo del Seating reconvirtiéndolo en un homenaje a los novios y su historia de amor. Les pedimos fotos, muchas fotos: de ellos, sus viajes y sus momentos más especiales (algunas de ellas tomadas en San Francisco) y llenamos nuestro biombo de esas instantáneas. Bigotes, labios y sombreros… completaron nuestro photocall en el que se divirtieron amigos y familiares. ¡Sonríe y mira a cámara!

Amparo y Nacho estaban guapísimos, radiantes y felices. Nuestra novia lucía el modelo Praga del diseñador Jose María Peiró para «White Day» traído directamente desde su taller en Barcelona. Un vestido «after hours» que se transformó a medida que avanzaba el evento.

Todo el equipo de LalaBlu vivió esta boda intensamente. Nos quedamos con lo mucho que disfrutamos diseñando y planificando esta boda tan especial para nosotros, con las horas que compartimos con los novios y con la sonrisa y agradecimiento que nos brindaron cuando todo finalizó. No olvidaremos esta boda, os lo aseguro.

Solo deseamos que esa sensación haya sido la misma para Amparo y Nacho y que conserven en sus recuerdos lo que intentamos recrear el pasado 8 de Junio: la magia de una ciudad irrepetible como lo esperamos que fuera su boda.

Todo lo mejor, de corazón, a los dos. ¡Feliz Martes!

Podéis disfrutar de más fotografías si entráis en nuestra Galería. ¡Qué suerte poder haber contado con la cámara y la profesionalidad, una vez más, de nuestra amiga Mexi de Molnar Mexi Photography! Gracias por acompañarnos.

Equipo LalaBlu para esta boda: Nuria, Sara y Luis.

Agradecimientos: Studio Cuatro, Bora Majadahonda, El Vals de Amelie, Oh Photocall y Beatrix Mexi Molnar Photography.