LalaBlu ya no es lo mismo. Ahora es mucho mejor. Y lo digo así, sin tapujos ni falsa modestia, porque creo firmamente que hemos dado un paso hacia adelante que nos hace ser mejores, primero a nosotras mismas, y después a este proyecto. Así, en este orden.
Tras 7 años dedicándonos por completo a nuestro cliente principal, NOVIOS, hemos querido abrir campo y mente, y escuchar a todo un sector que pide más atención a gritos. Hemos abierto una nueva dimensión en nuestro universo, dimensión a la que hemos llamado «Brand Partner & Mentoring«.
Como ya sabéis LalaBlu se ha dividido en dos mundos, pero sin perder ni un ápice de nuestra esencia, que no es más que la de dar siempre lo mejor de nosotras mismas y trabajar como auténticas fieras.
LalaBlu Wedding Planner sigue y seguirá funcionando. Hasta que el cuerpo aguante. Este año hemos batido todos los récords posibles y como empresa estamos súper contentas con cómo nos han ido las cosas. Mi compañera Sara Giménez, lidera este proyecto, contando con mi más absoluta confianza, con la diligencia, profesionalidad y lealtad propia del que espera su momento para brillar en solitario. Ahora yo me limito a supervisar las bodas, orientar algunas decisiones y en ocasiones puntuales (supongo que para quitarme el gusanillo) tal vez me ponga al frente de algún proyecto como wedding planner. Pero no te negaré que ahora conozco a los novios, casi al mismo tiempo que tú, cuando publicamos la boda en el blog o en el porfolio. No quiero dejar de tocar este mundo, pero es innegable que ahora lo hago desde una posición muy distinta, más cómoda y relajada.
Creo que, en el fondo, mi etapa de wedding planner finalizó en el mismo momento en que vi la cara de mi hija, y eso Sara y yo, ya lo teníamos hablado muchos meses antes de que se produjera. Es duro cerrar la puerta un sábado muy temprano oyendo el llanto de una criatura, por muy bonita que sea la boda que vas a hacer y por mucho cariño que les tengas a esos novios, en esos instantes nada te apetece más que quedarte en casa viendo Pocoyó.
Supongo que a estas alturas de la película conoces mi modelo de emprendimiento y mi situación nunca ha sido sencilla. Con un trabajo más que exigente de 08.00 a 17.00 en la empresa privada, de lunes a viernes, sacrificar los fines de semana perdiendo descanso y familia se me hacía cada vez más duro. Así que supongo que la decisión, de colgar los walkies y dar del relevo, llego casi de forma natural. Como todo lo que hacemos.
De la misma manera que supe que mi etapa como wedding planner se acercaba a su fin, hubo otro momento crucial en mi vida en el que supe de inmediato que debía explorar un nuevo camino. Fue en un #desayunolalablu, nuestro encuentro creado para relacionarnos con otros profesionales del sector.
Siempre he tenido la sensación de que los Desayunos LalaBlu se quedaban cortos, que necesitaban una especie de prórroga o alguna fórmula que me permitiera conservar un poco más aquello tan bonito que se había creado. Una especie de Desayuno One to One, que en ocasiones, se producía pero se quedaban en unos minutos de despedida y agradecimiento, unos consejos rápidos y un «¡envíame un email!«.
La sensación de comunidad, de camaradería, formada en cada encuentro entre profesionales y emprendedores, me abrumaba y me hacía pensar mucho, luego, en casa. Había muchas mujeres, mujeres jóvenes, que como yo, tenían muchos miedos y dudas, que se sentían solas en medio de un sector menos exigente de lo que pensaban, pero sí más cruel de lo que creían. Proyectos maravillosos y productos excelentes. Buenas intenciones y mucha ilusión, eso siempre. Pero, en algunos casos, regados únicamente de, justamente eso, ilusión, esa propia e ingenua ilusión del que arranca, sin un plan que te guíe, sin una estrategia entre líneas ni alguien que te aconseje.
También vi como empresas y emprendedores de mayor recorrido y trayectoria no sabían, no podían o no tenían las energías necesarias para comenzar una nueva escalada en la siguiente fase de su proyecto. Que se dejaban ir, arrastrados por la marea de la inercia que a veces tiene este sector, creyendo que esa marea les haría llegar a una playa equipada con un buen resort de lujo (¡qué gran error!).
Con cada Desayuno LalaBlu, me iba a casa con la sensación que podía hacer más, que aquello podría continuar (¿por qué no?) de alguna forma… ¡hasta que la encontré!
Por otro lado desde hacía ya un par de años, incluso antes de que naciera mi hija, muy en petite comité, habíamos realizado alguna acción concreta para marcas y empresas. Que si un post patrocinado, que si una comunicación concreta, que si organizar un evento de presentación…. Incluso acciones en donde LalaBlu era mi propio cliente, generando contenido nuevo con nuestras propias editoriales.
Es innegable que si tienes una empresa como la nuestra, comienzas en un cierto punto a ser tu propia agencia de comunicación y marketing y eso va calando, vas aprendiendo y vas experimentando con nuevas tareas y labores en las que inconscientemente vas probándote. Y la prueba no solo me gustaba a mi, sino que gustaba mucho a los demás. Las felicitaciones por mi forma de trabajar no tardaron en llegar y yo ingenuamente fui dándome cuenta de que el sector estaba mucho más necesitado de lo que yo pensaba.
Sólo necesitaba encontrar una forma de sintetizarlo todo y ordenarlo un poco, porque al fin y al cabo, tenía claro que mi misión iba seguir siendo LA MISMA, la que había hecho durante estos 7 años con mis NOVIAS, acompañarlas, guiarlas y AYUDARLAS. Cambiaría de actor pero no de gesto: mi mano seguía estando tendida, pero esta vez al resto de profesionales, emprendedores y marcas vinculadas al sector en el que hemos estado tantos años.
Dicen que a veces en lugar de ser tú el que persigues un sueño, es el propio sueño el que te persigue a ti, y ahora creo que todo lo que he hecho en este tiempo me ha conducido sin yo saberlo hasta este preciso instante.
Si has llegado leyendo hasta aquí, gracias por dedicarme tu tiempo.
Me gustaría para terminar dar las gracias a algunas personas que han contribuido a que todo esto se haya ordenado y materializado.
Gracias a todo el equipo de La Oficina Secreta por haber sabido plasmar mi amalgama de ideas, opciones y servicios en esta nueva y preciosa web.
Gracias a Lidia Luna que me ayudó con todo el copy de la nueva web, tarea nada sencilla para todo lo que queríamos expresar en sus dos universos paralelos.
Gracias a Sonia de Saskia Fotografía y Mabel de Ma Via Romantique, por hacernos sentir modelos por un día después de casi 5 años sin hacer una sesión corporativa.
Gracias a Soledad Make Up por cruzarte en mi camino y psicoanalizarme en un #desayunolalablu, pero sobre todo gracias por creer en mi, de manera casi religiosa, y darme el empujón necesario para lanzarme a la piscina.
Gracias a las marcas, empresas y profesionales con las que he trabajado en estos últimos años, incluso antes de materializar oficialmente este nuevo proyecto, porque habéis contribuido a que me haya creído que era capaz de hacerlo.
Gracias a mi compañera de mil batallas Sara, por saber entenderlo y entender mi momento vital, mis cambios de rumbo y mis nuevas necesidades. Por apoyarlo sin pestañear. Porque sin ti LalaBlu en su conjunto no tendría ningún sentido. ¡GRACIAS POR TODO!
Gracias a todos mis excelentes colaboradores en los programas de mentoría: Tamara, Gaby en Digital, Esther Ruiz de Mis 30 horas, Davinia Pérez y AsesorUs, porque habéis fortalecido este nuevo proyecto en todos los sentidos que os podáis imaginar.
Gracias a todos los compañeros, profesionales y amigos del sector nupcial que he conocido durante estos últimos 7 años. He aprendido muchísimo de todos vosotros. Espero no defraudaros en esta nueva etapa, pero ahora me toca a mí devolvéroslo.
Texto escrito por Nuria Fernández / Fotos Saskia Fotografía.
2 comentarios en «LalaBlu ya no es lo mismo»
Hola,
Mi nombre es Anabel, y estoy detrás de Trece Petunias (perfil de inspiración para éste maravilloso mundo bodil). Os sigo hace tiempo, y no sabes como me gustaría vivir un poquito más cerca para poder conoceros en persona, asistir a un súper desayuno lalablu y poder aprender de vosotras.
Sólo quería daros mi más sincera ENHORABUENA por éste nuevo proyecto, seguro que os irá genial. Sin duda todo esfuerzo, tiene tarde o temprano su recompensa.
Sois unas cracks
Un besazo desde Almería
Trece Petunias
Hola Anabel! Muchísimas gracias por tu comentario! También conocemos y seguimos de cerca «Trece Petunias». No sabes lo mucho que agradecemos tu apoyo y tus palabras! Son muy importantes para mi, para todo el equipo LalaBlu. Te esperamos en un desayuno, o donde quieras ¡nos encantaría conocerte! Un beso enorme!